Como todos los años, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos instaló nuevas fotografías a su memorial de víctimas, las cuales fueron donadas durante el último tiempo por sus propios familiares.
Desde diversos lugares llegaron las familias, quienes emocionadas vieron cómo se instalaban las imágenes de sus seres queridos que fueron ejecutados o desaparecidos por la dictadura chilena.
Esta vez fueron 29 las imágenes que pasaron a ser parte de este espacio, el cual ha sido considerado como el corazón del Museo según los propios visitantes.
En la ceremonia, Francisco Estévez, director Ejecutivo del Museo, señaló que esta “esta es la razón de porqué en Chile es necesario un Museo de la Memoria. Esta actividad se hace pensando en pos de que las personas que visiten el Museo puedan encontrarse con el testimonio de estos rostros. Ellos hablan del valor que tuvieron, de la utopía, de la justicia, de no a la impunidad y de seguir luchando por los derechos humanos”.
Ruth Morales, hija del ejecutado político Archivaldo Morales Villanueva, viajó desde temprano de San Fernando para presenciar la instalación de la fotografía de su padre, quien hace solo un año fue reconocido como ejecutado político. “Es algo muy simbólico, muy emotivo, es un reconocimiento. En este momento estoy con mis hijos y nietos, ya que con el paso del tiempo siguieron formándose las familias y esto a mi me hace enseñarles y mostrarle a los niños la verdad, lo sucedido en este país y lo importante es que no se pierda la memoria. Es una buena instancia para que sepan reconocer la figura de su tata y de miles de compañeros que cayeron en la lucha”, comenta emocionada.
Yazmín Manenteau, quien lleva el apellido de su esposo, vive en Francia y reconoce que si no hubiese estado en Chile hubiese viajado igual para este importante momento. “Que su foto este aquí es muy significativo. Siempre he seguido las actividades del Museo y esperaba que este día llegara, por eso he venido. Ha sido muy emocionante, muy importante. Pienso que este museo va quedar para toda la vida, entonces que nuestros compañeros tengan sus rostros aquí tiene mucha importancia en la historia de nuestro país. A todos los familiares nos ha costado conseguir fotografías, porque muchos compañeros no tenían. Cuando vivimos en el extranjero con mayor razón nos cuesta saber lo que se hace acá. Vine un día a visitar el museo especialmente a encontrar el rostro de mi esposo y no lo encontré, hasta que un día personas del museo me llamaron para invitarme a esta ceremonia”, señala.

12 November, 2018