El dirigente sindical silenciado: Tucapel Jiménez | Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
El dirigente sindical silenciado: Tucapel Jiménez

El asesinato del líder sindical fue uno de los tantos crímenes registrados en dictadura. Quien en su momento fue presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) fue un hombre de gran liderazgo, dedicado a defender a los empleados públicos y que cuando en dictadura intentó agrupar a todos los trabajadores del país, vino la orden de asesinarlo por parte de Pinochet, quien días antes declaró que para el líder gremial estaban abiertas las puertas del exilio y que no aceptaría que él continuara “sembrando cizaña”.

El 25 de febrero de 1982, Jiménez comenzó el día con el objetivo de llegar a una reunión en la sede de la ANEF ubicada en la Alameda, reunión que él mismo habría convocado para encabezar el frente laboral unitario de oposición al régimen militar. Habitualmente, Tucapel ejercía sus labores económicas en la locomoción colectiva –pues luego de ser despedido comenzó a recibir 20 mil pesos mensuales como pensión, por lo que emprendió sus ingresos en un taxi-. Su viaje transcurría con normalidad, cuando el carabinero retirado, Luis Pino, marido de su prima, ingresaría al auto interceptándolo para iniciar una carrera, detrás tres sujetos más abordarían el vehículo, obligándolo a manejar hacia un sitio eriazo.

Una vez apartados, entre el grupo de sujetos figuraría el mayor del Ejército Carlos Herrera Jiménez, quien le dispararía cinco veces en la cabeza, para enseguida degollarlo. Sus asesinos, no conformes, le infligieron tres heridas cortopunzantes en la zona cervical, y con la intención de simular su asesinato como parte de un asalto -y no un crimen político- los homicidas roban su reloj de pulsera, el taxímetro, entre otros objetos personales antes de abandonar la escena.

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