26 arpilleras conforman esta colección que responden a un orden cronológico y a la vez temático, sobre los principales temas e hitos que pueden vislumbrarse en el período 1973 a 1990. En ellas encontramos temas como la tortura, presos políticos, allanamientos, relegados, la detención y búsqueda e hitos relevantes como el hallazgo de Lonquén, la inmolación de Sebastián Acevedo y el caso quemados entre otros, así como también alusiones a la moneda bombardeada, las ollas comunes y las romerías.
“La situación represiva en provincias era por muchos motivos, diferente a la de Santiago. La dispersión de la población rural, la lejanía con los centros de denuncia de la capital, hacían que la situación de las personas perseguidas fuese mucho más desprotegida. Las familias reprimidas contaban con menores recursos jurídicos o de instituciones solidarias que las apoyaran; sufrieron el aislamiento del resto de la población. Debieron enfrentar estos problemas con mayor desesperanza y percibieron los efectos de la dictadura de modo más amenazante que en Santiago.
Esta situación llevó a la Fundación PIDEE a elaborar un proyecto para extender el trabajo hacia estas familias. La creación de talleres artesanales en las diversas sedes de la institución fue parte de esta iniciativa. El objetivo era apoyar a las madres a través de una actividad grupal, creando un espacio de crecimiento personal, de intercambio social en una atmósfera de aceptación y acogida. Con este propósito de incorporó Marcela Polloni, una artesana que desarrolló, junto con las mujeres el trabajo con arpilleras.
El taller de arpilleras de Linares fue el primero de todos, luego se sumaría Talca, Chillán, Temuco y Valdivia. Poco después comienzan a hacer maquetas, pegando sobre una cartulina y armando la historia, se atreven a cortar ellas mismas, algunas se especializaron en distintas figuras, comenzaron a hacer cosas colectivas, apoyándose mutuamente”.