El domingo 19 de marzo de 2017 falleció la arquitecta Ana María Barrenechea, compañera de vida y exilio de Miguel Lawner, también arquitecto y director de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) durante el gobierno de la Unidad Popular (UP). Hasta 1973 desarrollarían en conjunto proyectos de vivienda social y equipamiento comunitario, pero luego, en dictadura, Ana María cumpliría un papel fundamental: resguardar los dibujos realizados por su marido durante su paso por distintos campos de de detención.

Ana María Barrenechea, arquitecta de la Universidad de Chile y docente de esa casa de estudios durante la UP, recibió el Premio Alberto Risopatrón otorgado por el  Colegio de Arquitectos. “Mujer serena en la adversidad y valiente en los riesgos”, según Lawner, fue detenida por la DINA, apremiada e interrogada a raíz de los dibujos elaborados por su pareja en prisión. Se le exigían “las claves para entender secretos mensajes subversivos”. Afortunadamente, y gracias a la intervención de funcionarios diplomáticos, fue liberada y abandonada en una calle de la periferia de la ciudad. Tiempo después recibiría por correo parte de los croquis requisados por la Academia de Guerra Aérea.

La pareja, que se conoció en el verano del ’46 en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, “compartiendo desde entonces el pan, el amor los sueños y un noble oficio”, fue posteriormente exiliada, residiendo en Dinamarca y denunciando en el extranjero las atrocidades de la dictadura de Pinochet.

Parte importante de los dibujos de Lawner fueron donados por el arquitecto a las colecciones del Museo, conformando la museografía específicamente de las salas Represión y Tortura, y el sector Artesanía Carcelaria, ambas en el primer piso. Uno de ellos, no exhibido en la muestra, fue dedicado a Anita y realizado durante su detención en el campo de prisioneros Ritoque, el 17 de agosto de 1974:

Fondo: Miguel Lawner