La memoria es una silueta de la conciencia. Los recuerdos son esbozos de eventos pasados que necesitan reencontrar su contexto. Para dar cuerpo a una memoria, es necesario llenarla con sustancia. La memoria de cada uno es diferente. Un mismo hecho es color blanco en la memoria de uno y negro en la de otro.
En este caso el recuerdo es de los “desaparecidos” en la Argentina entre 1976 y 1983. Ubicar la silueta de cada uno de las proclamadas 30.000 víctimas del régimen militar sobre papel diario, registrar un nombre con una fecha y colgar la imagen en el centro de Buenos Aires suena difícil de olvidar.