El proyecto «Residencias de la Memoria» es una iniciativa del Museo de la Memoria y los Humanos Derechos que busca replicar el ejercicio de memoria originado en Berlín, Alemania conocido como las Stolpelsteine que reconoce las residencias de los judíos que sufrieron persecución para rescatar el lugar de vida de las víctimas, donde crecieron, compartieron historias y muchos formaron familia.
El proyecto Residencias de la Memoria al igual que en las calles de Berlin, mediante la colocación de placas conmemorativas en las veredas reúne nuevos lugares simbólicos en el paisaje de las ciudades. Lugares que permiten a los ciudadanos recordar a quienes fueron víctimas de violaciones de derechos humanos durante la dictadura en Chile entre 1973 y 1990. Colocando una placa conmemorativa donde las víctimas construyen sus vidas: su último lugar de residencia, en donde desplegaron sus vidas diarias antes del Régimen Militar.
Este ejercicio de memoria permite dignificar la vida de los ciudadanos y ciudadanas víctimas de violaciones de derechos humanos durante la dictadura en Chile, como lugares simbólicos del recuerdo y la reflexión del nunca más-
Experiencia piloto
En el año 2017 y 2018 se llevó a cabo un proyecto piloto en la comuna de Limache, en la Región de Valparaíso, financiado por el World University Service Alemán y el Gobierno de Hessen de Alemania, que permitió identificar e instalar las primeras placas que recuerdan el último lugar de residencia de los detenidos desaparecidos: Jaime Aldoney Vargas, Arturo Loo Prado, Carlos Vargas Arancibia y Jorge Villarroel Vilches; y del ejecutado político Oscar Farías Urzua.
¿Por qué Limache? En la comuna de Limache, tal como en otras localidades agroindustriales de la región de Valparaíso, existieron numerosos casos de violaciones a los derechos humanos. La persecución fue encauzada contra el fuerte movimiento obrero que existía al alero de la fábrica de cerveza CCU, la empresa conservera Parma, y la industria de alimentos Purina, todas intervenidas por el Estado antes de 1973.
Durante la investigación se localizaron las cinco residencias correspondientes al total de víctimas de la dictadura en Limache. Luego se trabajó con los actuales dueños de cada vivienda, entendiendo que muchas de ellas ya no pertenecían a las familias de las víctimas. Además, se trabajó con las propias familias para contener el proceso de reparación ciudadana, y se realizaron los contactos necesarios para que las autoridades locales autorizaran el proceso intervención de las veredas, ya que se tratan de espacios públicos.
El cierre del proyecto consistió en una procesión con familiares, vecinos y autoridades a cada una de las placas, con el fin de asegurar la apropiación y sostenibilidad del proyecto en el lugar.
El Museo a través de esta experiencia piloto desea inspirar y expandir esta iniciativa conmemorativa en otras ciudades y vecindarios de todo Chile.
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